Material Hosteleria

A la hora de hacer la elección del material hosteleria, tal como, vajillas, cristalería, cuberteria, menaje, muebles, maquinaria, etc, es bueno tener claro cual es el enfoque de su negocio y el tipo de cliente objetivo que quieran conseguir

Un local orientado a cartas, con un cliente objetivo de un nivel alto requerirá de productos de diseño,  productos nominalistas, elegantes y de no un excesivo grosor. La imagen y el diseño primará por encima de la calidad, aunque no se debe olvidar esta última.

Por otro lado están los locales que se orientan más a un cliente habitual que buscan una carta de menor precio o bien menú. En este caso debiera primar la calidad del producto en cuanto a dureza, por suerte cada es más habitual encontrar productos de alta resistencia y de un diseño más atractivo.

Otra forma de poder seleccionar bien los productos, es estudiar la forma en que se rompen, como ejemplo podemos indicar que un restaurante que rompa su platos por que tienen un alto grado de desportillado se debiera contemplar por un producto de mayor calidad aunque su precio sea más alto. Si por el contrario el producto se rompe mas habitualmente por el transporte inadecuado que haga el personal de sala, se debiera optar por un producto mas económico. La caída de alta altura rompe cualquier producto, pero un producto de mayor calidad aguanta mejor los golpes entre ellos.

La reducción de costes también es un factor a tener en cuenta a la hora de elegir los productos pero, nunca hay que olvidar que comprar demasiado barato es comprar muy caro o dicho de otra forma, comprar muy barato es comprar dos o más veces.

El lugar donde comprar los productos también es muy importante, un distribuidor que sea capaz de asesorarle ética y honradamente, que se atreva a aconsejarle, es idóneo para sus intereses. Si bien éste se puede llegar a equivocarse lo que es seguro que siempre buscará una mejor solución que se adapte a las necesidades del cliente, vender lo que el cliente busca aunque este claro que se equivoque es fácil pero a largo plazo crea una mala relación proveedor – cliente. Un asesoramiento continuado y honrado otorga beneficios a ambas partes.

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